El pasado viernes 9 de agosto se llevó a cabo el clásico *Mixed Day* entre el colegio St. Margaret’s y The Mackay School, dirigido a los estudiantes de tercero y cuarto básico. Esta actividad consiste en un día en el que un grupo de alumnos y alumnas de ambos colegios participan de una dinámica académica en que de manera conjunta, participan e interactúan de una jornada escolar completa en cada institución.
En esta ocasión, Mackayzine tuvo la oportunidad de conocer más sobre la realidad de ambos colegios, conversando con profesoras tanto de St. Margaret’s como de The Mackay School. Nuestro objetivo era entender cómo las personas encargadas de guiar el proceso de aprendizaje perciben los efectos positivos o negativos de realizar un *Mixed Day* para niños y niñas en pleno desarrollo educativo.
Durante la jornada, se realizaron actividades diseñadas para fomentar la interacción entre niños y niñas, con el propósito de que trabajaran en conjunto en las tareas asignadas en el aula. Además, se organizaron actividades deportivas, entre las cuales los profesores del departamento de deportes seleccionaron el rugby. Tanto las alumnas de St. Margaret’s como nuestros compañeros más pequeños disfrutaron de la oportunidad de tacklear a los míticos “Jhonny Manteca” y de anotar conversiones al patear a los palos de la cancha número 2. Previo a esta actividad, algunas profesoras comentaron que las alumnas habían expresado cierto rechazo hacia el rugby, ya que no querían ensuciarse o ser tackleadas. Sin embargo, tras participar en las estaciones de este deporte, la perspectiva de la mayoría cambió, y describieron el rugby como una actividad divertida. Sus expresiones de felicidad al finalizar los ejercicios fueron notables.
De manera similar, nos adentramos en las salas de clases, donde se observaron diferencias en la adaptación según el nivel. En tercero básico, la adaptación al nuevo entorno fue más lenta, tanto para las niñas como para los niños, ya que inicialmente no sabían bien cómo relacionarse entre sí. No obstante, a medida que avanzaba el día, esta actitud cambió al realizar actividades en conjunto. En cuarto básico, la adaptación fue diferente. Por un lado, las niñas mostraban cierta desconfianza o vergüenza al comienzo, mientras que los niños, según Miss Constanza Ceballos, de música de The Mackay School, “regulaban” sus emociones. La profesora también notó un silencio inusual en la sala, en comparación con cuando solo hay niños, y una mayor atención por parte de estos. Tanto las chicas de St. Margaret’s como los chicos de Mackay demostraron un buen trabajo colaborativo, compartiendo ideas como estilos musicales, lo que fomentó una mayor interacción y redujo la desconfianza y el silencio iniciales.
Dado que el *Mixed Day* busca generar interacción entre niñas y niños para que compartan sus gustos musicales, deportivos, manuales, etc., nos interesó conocer cuál podría ser la influencia a futuro de estas instancias en los estudiantes. Una posible respuesta es que estas actividades abren la puerta a conocer a personas de la misma edad con intereses similares o diferentes, generando vínculos que se sostendrán en los recuerdos de estas experiencias compartidas, las cuales muestran una parte más completa de cada participante al involucrarlos en diversos ámbitos.
Para finalizar, nos gustaría agradecer a las profesoras del colegio St. Margaret’s, Carolina Veas (cuarto básico) y Roberta Falcone (tercero básico), así como a Miss Constanza Ceballos de nuestro establecimiento, por compartir sus visiones con nosotros.
Luis Felipe Figueroa